
En nuestra tierra son tremendamente apreciados los gurumelos (Amanita ponderosa), una seta comestible algo parecida al champiñón, pero que aquí valoramos como un gran manjar. Suelen salir entre los meses de febrero y abril, y se dan en todo tipo de terrenos, siendo frecuentes en pinares y bajo las jaras.
Se cree que el nombre común procede de su apariencia antes de salir de la tierra; origina un montículo de arena agrietado, un grumuelo. Bueno, pues los buenos buscadores de esta seta son capaces de encontar gurumelos enterrados varios centímetros bajo tierra con sólo ver ese diminuto montículo que se forma en la superficie.

Afortunadamente, si se deja pasar el tiempo la seta acaba asomando, y eso me ha permitido a mí encontrar a veces algunos que otros, ya que me considero un mal buscador. Es inexplicable lo que se siente al encontrar un ejemplar como el de las fotos, es una sensación de alegría y emoción. Este año la cosa está jodida porque la climatología no ha sido muy positiva para el gurumelo, de todas formas intentaremos econtrar algunos el próximo martes.
El año pasado el triunfador fue " el morro ", ya que El Pollo como no sea con su tío Pedro no sale, no nos quiere. Bueno a ver si os animais y el martes podemos pasar un buen ratito.
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